La televisión social no es un fenómeno actual. Desde que llegaron los primero aparatos a las casas, familias y vecinos se reunían a verla juntos, a comentar lo que emitían. Esos tiempos quedaron atrás hace mucho, pero las redes sociales han hecho posible retomar la costumbre, sobre todo la plataforma de microblogging Twitter.
Hemos dejado de ser espectadores pasivos, para convertirnos en una audiencia multitarea. Consumimos contenidos desde varias pantallas a la vez: vemos algo en televisión mientras navegamos a través del ordenador o dispositivo móvil y comentamos en tiempo real lo que vemos. En España esta práctica es cada vez más común, y no sólo para el espectador: los responsables y creadores de programas han comenzado a ver en Twitter la herramienta ideal para fidelizar y comprometer audiencia.
Jordi Évole, y su programa Salvados, es, a mi juicio, el mejor ejemplo de televisión social en España. El presentador catalán involucra de forma directa a su más de medio millón de seguidores: pide consejo para poner títulos a los programas, discute los posibles hashtag a usar; y durante la emisión comenta en directo a través de Twitter, y hasta ofrece datos que complementan el tema del día. No es de extrañar que desde hace más de un año, Salvados se haya convertido en el tema más comentado de Twitter, no sólo en España, sino que alcanza la lista de los 10 asuntos más populares a nivel mundial a causa del volumen y rapidez de mensajes generados.
En este gráfico vemos que el capítulo «Ciudadano Klinex» de Salvados logró acumular casi 30 mil menciones del hashtag seleccionado, durante la hora de su emisión.
No todo tipo de programa se presta para ser “trending topic”, ni es necesario una intervención directa de las cadenas en esa dirección. La periodista El País, Natalia Marcos (@cakivi), nos lo explica: “Recuerdo especialmente el caso de Felipe y Letizia, posiblemente el primer fenómeno televisivo-tuitero en España: fue algo espontáneo, no fomentado por Telecinco ni por la productora, que surgió de los propios tuiteros. Esos comentarios en Twitter terminan repercutiendo muchas veces en mayores índices de audiencia: si la gente está hablando de eso y tú quieres hablar con la gente, tienes que verlo.”
Estamos ante un fenómeno nuevo: la audiencia social, esa que no se mide a través de los audímetros, que es difícil segmentar demográficamente, pero que ofrece información mucho más valiosa para los responsables de las cadenas: datos cualitativos.
En junio de 2012, surge en España Tuitele, una empresa que se dedica a medir la audiencia social y el nivel de compromiso que tienen los tuiteros con los programas de televisión, tal y como nos cuenta uno de sus responsable, Carlos Sánchez: “Programas como los realities, los talent shows o las series son los que tienen mayor audiencia social. Algo que muestra el gran nivel de implantación de la TV social en España es que programas diarios como El hormiguero tienen una audiencia social muy elevada y muy constante, espectadores que cada día comentan el programa, independientemente de quien haya de invitado. Y lo más importante: se demuestra que fomentar la televisión social en los programas, mediante el uso de hashtags o integrando el impacto social del programa, hace que ese programa tenga aún más audiencia social, lo que hace que llegue a más espectadores potenciales.”
Antena 3 es la cadena española que más constancia tiene en menciones sociales, pero como vemos en el siguiente gráfico que hemos preparado, el despunte de La Sexta y Telecinco son brutales, y responden a Salvados y el reality La Voz, respectivamente.
Los programas de variedades y las series españolas son los que más conversaciones generan en Twitter porque el contenido es nuevo, y la emisión se debate en directo.
Las series extranjeras, que reportan mejor cuota de pantalla que las nacionales, tienen menos eco en la red social porque quien es un auténtico fan de las series, hace años que va muy por delante de las cadenas locales, y vio el capítulo días después de su emisión en Estados Unidos o Inglaterra, por lo que se pierde el factor directo responsable de poner a los telespectadores a conversar.
Un éxito en Twitter no necesariamente es un punto positivo para los programas, ¿o sí? El caso más claro de esto es el reality de Cuatro “¿Quién quiere casarse con mi hijo?”. Durante la pasada temporada, el programa se convertía semanalmente en uno de los temas más comentado en la red social, pero con el hashtag “#hijostróspidos. Basta con dar un repaso a los tuits que se generan sobre el programa para darnos cuenta que la inmensa mayoría son burlas, y Cuatro ha sabido sacarle partido a esto, tal y como nos explican desde @LaReputada “’¿Quién quiere casarse con mi hijo?’ está magistralmente editado por Cuatro para no aburrir en ningún momento, pero probablemente su primera edición no hubiera sido un éxito para la cadena de no ser por el fenómeno #tróspidos.”
Tan así, que la cadena ha creado una sección en su web llamada “tróspidos”, para aprovecharse del fenómeno social, y apuntarse una cuota de pantalla de más de un 14 por ciento el día de su estreno.
En el siguiente gráfico vemos la conversación generada durante la estreno de “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” el 21 de septiembre de 2012, con los hashtags #tróspidos, #trospi2 y #QQCCMH, asociados al programa.
Otro ejemplo de este tipo nos lo recuerda Carlos Velarde (@karlosveco), de La Parabólica, quien destaca la importancia de medir el sentimiento de los mensajes si se quiere lograr algo útil con los datos sociales y asegura que “hay que analizar el pensamiento de esos comentarios. Sin ir más lejos, la última edición de ‘OT’ generaba miles de comentarios en la red, claro está que la mayoría de ellos eran para criticar el programa.” Es parte del juego que dan las emisiones en directo.
Las galas de premios, al tratarse de eventos determinados, generan eco y discusión en la red social: “Nadie puede dudar que es mucho más divertido ahora seguir una gala soporífera como la de los Goya, los Oscar o los Emmy gracias a los comentarios de los tuiteros. Ver Eurovisión nunca fue tan divertido,” añade Natalia Marcos, que también forma parte del equipo de @quintatemporada.
En una línea similar nos habla Sebastian Gallego de @ZappingMagazine “Hasta la aparición de Twitter las galas de entrega de premios eran casi una tortura, pero gracias a la red de microblogging ahora los disfrutamos como si de una fiesta se tratase. Ya no sólo comentamos al día siguiente con algún amigo el evento, ahora lo hacemos en tiempo real con personas de todo el mundo. Todos sabemos que criticar es el deporte nacional, y Twitter ha potenciado este aspecto, haciendo mucho mas llevaderas y disfrutables las anteriormente tediosas galas de premios.”
Pero esa diversión de compartir en directo eventos a veces puede resultar agobiante, como nos cuenta Sonia Martínez de @TvSpoilerAlert “puede ser abrumador que todo tu TL se llene de lo mismo, exactamente la misma noticia escrita en mil sitios diferentes; así que hay que tener paciencia, saber llevarlo y aprender a simultanear tareas, que no es fácil y no hay que perderse nada.”
No solamente los eventos nacionales. El pasado 23 de septiembre se celebró la gala de los premios Emmy en Estados Unidos, y poder verla en directo desde España significaba trasnochar hasta las 5 de la madrugada, hora en que finalizan. A pesar de la hora, fueron muchos los que la comentaron en directo, logrando que desde las 12 de la noche el hashtag #Emmys se colocase entre los temas más comentados en España, a pesar de que a la ceremonia le faltaban dos horas para iniciar. Desde las 3 de la madrugada hasta las 6, los 10 «treanding topics» en España tenían que ver con la gala. Este dato es importante destacarlo, pues solo la cadena de pago AXN emitía en directo la ceremonia, un dato que nos lleva a pensar que, al igual que con las series, los usuarios se las ingenian para conseguir ver aquellos contenidos que les interesan, aunque no se oferten en la parrilla nacional.
A pesar de todos los ejemplos vertidos, en España aún no se ha explotado a capacidad el fenómeno de la televisión social. Una experiencia que enriquece tanto a usuarios como las cadenas. La semilla está sembrada, poco a poco se riega, y pronto recogeremos el fruto de un fenómeno impensable hace tan sólo 5 años.