[yasr_visitor_votes]

Como empleador me he preguntado en muchas ocasiones cuál es la clave para lograr un equipo de trabajo óptimo, que mantenga un equilibrio entre la actitud y la aptitud, los conocimientos y el cómo se enfrenta al día a día.  No es fácil seleccionar personal, me parece de las labores más difíciles dentro de una empresa, porque se buscan una serie de requisitos que no son visibles y hay que tomar una decisión importante prácticamente a ciegas. Para conocer la aptitud hay que confiar en lo que diga el candidato; para conocer la actitud hay que tirar de intuición. No es fácil, no.

Sin embargo, la labor de mantener un grupo cohesionado y contento es, si cabe, todavía más difícil. Sobre todo porque depende, en gran parte, del ambiente general que se respire en la empresa. Al margen de los incentivos, los beneficios o lo condescendiente que se pueda ser en un momento determinado con un empleado concreto, la felicidad del trabajador proviene, en gran parte, de disfrutar de un buen ambiente de trabajo. Ir todos los días a trabajar a un sitio en el que estás a disgusto no sólo mina la productividad, mata la creatividad y quita las ganas, sino que provoca que los índices de rotación se disparen y eso no es bueno. Cualquiera que tenga una empresa lo sabe.

Por ejemplo, ¿quién sería capaz de ser bueno en lo suyo, de dar lo mejor de sí mismo, si trabajara dentro de unos pantalones que le asfixian y unos zapatos que le aprietan? Estar cómodo y a gusto es la primera piedra de la pirámide sobre la que se asienta la productividad y la creación de un equipo de trabajo óptimo. ¿Y cómo se consigue eso? En mi caso, trabajo la relación con mis empleados día a día, sentándome entre ellos en lugar de parapetarme tras los muros de un despacho; comiendo con ellos a la vez que comparto los mismos chistes que comparten cuando yo no estoy; siendo muy claro y transparente en las comunicaciones relativas al estado y evolución de la empresa, con números en la mano. Mostrándome cercano y abierto a cualquier requerimiento o ante cualquier inquietud.

Una vez que el jefe no es un problema, falta la segunda parte: velar porque la relación entre compañeros goce de la misma buena salud. Es una labor difícil, de vigilancia sana y mediación prematura si se da el caso. Esta labor se complica notablemente una vez que una empresa crece, no sólo porque llega un momento en el que, si observas el bosque completo no alcanzas a ver el detalle, sino también porque comienzan a formarse grupos, y no sólo los que requiere la reorganización de departamentos, sino los grupos libres. Es natural, el ser humano es social y tiende a agruparse, a adquirir un rol que le otorgue un lugar dentro de la pandilla. La dificultad llega cuando dos o más individuos compiten por el liderazgo, ya sea asignado o adquirido de manera natural, pues esto ocasiona que los grupos se dividan. Y si hay dos tribus, puede que en algún momento se declaren la guerra. Es importante estar atento para evitar que esto ocurra y tomar las decisiones adecuadas, en pro, siempre, del beneficio común. De un equipo de trabajo óptimo.

A pesar de esta reflexión, no tengo respuesta a cómo se hace para mantener un equipo de trabajo óptimo y un buen ambiente. Sin embargo puedo presumir de que, en la actualidad, trabajar en Kanlli es algo agradable, tal y como aseguran las personas que han participado en nuestra nueva página de empleo. Hemos creado este espacio para expresar a los futuros candidatos cómo es trabajar en Kanlli, cómo son las personas que integran el equipo de trabajo, porque nuestro objetivo es captar a los mejores profesionales, pero también con un carácter abierto, amable, colaborador.

Puedo decir que en este momento me siento orgulloso de la plantilla que dirijo, que más que una plantilla se comporta como una pandilla en la que todos son amigos y están dispuestos a ayudarse, siempre con una sonrisa. Y eso se nota en donde más importa: en el resultado de los trabajos que realizamos para nuestros clientes. Porque todo lo que se hace con alegría se hace con más cariño, porque cuando se está contento se estimula la creatividad, se está más motivado. Y esa felicidad está presente en todo lo que hacemos.